Rafa López Bracho

Rafa López Bracho, nació en Antequera en el año 1.963, comenzó a tocar la guitarra, lo que se llamaba en aquel entonces guitarra española, a los 11 años de edad cuando un día vió a nuestro gran guitarrista Paco de Lucía tocando “Entre dos aguas”, esto hizo que soñara con tener una guitarra, y como en aquellos años las economías familiares no eran muy boyantes, tuvo que convencer a su hermana mayor para que pidieran a los Reyes Magos una guitarra para compartirla entre los dos. Ella se cansó pronto de tocar, pero él no ha parado desde entonces.

Ha sido autodidacta toda su vida, aunque también ha tenido la oportunidad de asistir a diversos cursos de guitarra flamenca, guitarra eléctrica, lenguaje musical y armonía moderna. Siempre compaginó su afición con su trabajo, pero actualmente está dedicado por completo a la enseñanza musical, dando clases de guitarra eléctrica en la Escuela Municipal de Música de Antequera, donde lleva ya cinco años impartiendo esta modalidad.

Ha sido músico en activo desde que tenía 16 años perteneciendo a varias orquestas musicales, grupos de rock y blues, grupos de flamenco, flamenco fusión e incluso coros rocieros. Ha colaborado y grabado varios discos con diferentes grupos y estilos musicales.

Según apunta Rafa, “Actualmente me siento muy entusiasmado impartiendo clases en la EMMA, me he dado cuento de que enseñar me apasiona y veo que a mis alumnos le gusta mi forma de impartir las clases, y me siento orgulloso y feliz cuando veo los avances de los alumnos y cuando forman sus propios grupos, me piden consejos…” .

Rafa Bracho, como le conocen en sus círculos más íntimos, es un gran profesor y una excelente persona, repleta de música. Para la EMMA es un privilegio enorme contar con un profesor con su conocimiento y capacidad didáctica. Lleva por bandera una frase de Kurt Cobain

“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor”.

Y yo añadiría por mi parte diciendo que la música es el lenguaje más universal que existe,  aumenta nuestra sensibilidad y estimula partes del cerebro que sin ella no se desarrollarían.